Acné, mi historia

by - mayo 01, 2020


El acné apareció en mi vida en plena adolescencia. Me acuerdo perfectamente de que en aquel entonces, no sabía cómo abordar el tema. No había ni la mitad de los productos e información que hay ahora a nuestro alcance. Estaba convencida de que el acné, era un problema menor y aplicándome cremas desaparecería. Fue en ese momento cuando descubrí la marca Clean&Clear.

Desafortunadamente me dio reacción, tenía la piel muy irritada y me salió un brote terrible. Tomé la decisión de ir al médico para encontrar una solución inmediata.
El médico me dijo que era muy joven para empezar con la píldora, así que me recetó unas toallitas impregnadas que tenían un olor muy fuerte. Milagrosamente el acné fue desapareciendo, yo estaba encantada, mi piel se veía limpia y yo me sentía bien conmigo misma.
Mis días de gloria enseguida terminaron cuando las toallitas dejaron de hacer efecto y el acné volvió a aparecer. Recuerdo que fue entonces cuando mi complejo apareció y comencé a utilizar maquillaje.
Los que sufrimos de acné, me van a entender cuando digo que realmente es un complejo. Hay días que ni me quería mirar al espejo, días en los que me daba vergüenza salir a la calle y que la gente me mirara a la cara, incluso me sentía avergonzada. Me acuerdo de amigas que tenían la piel libre de acné y puntos negros, y que se quejaban cuando les salía un grano minúsculo y decían lo feas que se sentían. Ojalá yo tuviese sólo ese grano, decía entre mí…

Mi lucha contra el acné no terminó ahí, volví al médico buscando una alternativa a las toallitas, el médico decidió entonces recetarme la famosa crema Peroxiben, un gel bastante agresivo, que no sólo llegó a dejarme la piel como un lagarto, sino que, además, todo lo que tocase después de aplica la crema los desteñía. Os podéis imaginar como quedaron las sábanas y la funda de la almohada al día siguiente de echarme la crema.
El gel hizo aparecer otro problema en mi piel, la sequedad. Al usar en exceso este producto, la piel se despellejaba literalmente.

A los veinte y pocos de edad, el dermatólogo me recetó la píldora. Si os soy sincera, no me gustaba la idea de estar hormonándome para combatir un problema cutáneo, por eso le pregunté si no existía otra vía. El dermatólogo me explicó, que el acné es un problema interno, y tomándome la píldora lo solucionaríamos. Estuve dos años tomándola, no os voy a engañar, eliminó el acné por completo. Además, en cuestión de un mes mi menstruación era menos abundante y no me dolía. El único efecto secundario fueron náuseas durante el primer mes, fue bastante desagradable pero acabaron desapareciendo. Al principio la píldora hacía su función, pero cada dos/tres meses, me salía un brote de acné inesperado que no tenía explicación.

El dermaólogo insistía en seguir con este método hasta erradicar los brotes, sin poder asegurarme cuanto tiempo tendría que estar tomándola. Al cabo de dos años, tomé la decisión de dejar la píldora. Desde un principio no me sentía cómoda medicándome sin mencionar que los brotes de acné seguían apareciendo.

Para los que os estéis preguntando, el roacutan nunca fue una opción. Es un medicamento demasiado fuerte. No me hacía gracia tomarme la píldora, imaginaos el roacutan. Por suerte, mi dermatólogo tampoco estaba de acuerdo con ello, mi acné no era tan severo como para someterme a ese tratamiento, por lo que se descartó.

Hoy en día, sigo teniendo acné. Tengo menos que cuando era adolescente, pero sigo teniendo granitos y brotes dependiendo de mi estado de ánimo, la alimentación…todo influye. Aunque sigo buscando cremas y mascarillas para tratarlo, mi actitud es diferente. He terminado por aceptarlo (en cierto modo) y convivir con ello.

Las marcas de belleza nos han inculcado como es una piel perfecta y bonita, rara vez vemos una modelo con granos. Mi piel tiene poros abiertos, acné, rojeces y puntos negros. Cada vez me avergüenzo menos de salir a la calle sin maquillaje, mi piel es así. He leído toda clase de comentarios en las redes sociales hacia las personas con acné, como por ejemplo juzgando si la higiene personal no es la adecuada. Así que he llegado a la conclusión de que mi piel es así y no debo torturarme más. ¿Debemos tratarlo? Sí, pero no por ello debemos sentirnos incomodas ni a disgusto, ni tolerar ningún comentario despectivo. La piel no la elegimos nosotros.

A continuación, voy a dar paso a una invitada especial que va a compartir con todos nosotros un poco más sobre este tema. Además de darnos algunos consejos para mejorar nuestra rutina facial. Se trata de Verónica, farmacéutica española residente en Alemania que tiene una cuenta de Instagram y un blog, donde comparte todo su conocimiento. Descubrí a Verónica cuando buscaba información sobre una crema hidratante que compré que contenía alcohol denat. No estaba familiarizada con este ingrediente, y buscando en Google, di con su blog. Gracias Verónica por estar hoy en este post.

Hola, me llamo Verónica, soy farmacéutica en Alemania y tuve acné durante mi juventud, sigo teniendo la piel grasa y algunos momentos de granaco.

Al leer tu historia y por mi experiencia profesional lo que te ha sucedido y lo que puede estar sucediéndote a ti también, como me paso a mí en mi juventud, es resultado de que nadie os explicó en su momento cómo funcionaba el tema del acné y a que nos íbamos a enfrentar durante el tratamiento.

Las toallitas probablemente llevaban un antibiótico, el más utilizado es la eritromicina.
El problema que presenta el uso de un antibiótico en monoterapia contra el acné, es decir sin otro medicamento adicional, es la probabilidad de que al tener que alargar su uso en el tiempo acabe creando resistencias y deje de hacer efecto.
Las bacterias tiene sus mecanismos de defensa y uno de ellos es producir mutaciones que las pueden proteger frente por ejemplo a los antibióticos. Cuando usamos un antibiótico durante mucho tiempo este va mandando las bacterias que son sensibles a él pero alguna de ellas van a desarrollar dicha defensa y será la que sobreviva y la que se reproduzca con lo cual al final toda la superficie de la piel estará colonizada por una bacteria  que no es sensible al antibiótico. Esto explicado de una manera sencilla

Este es el motivo principal de qué insistamos tanto desde la farmacia comunitaria en que no se utilicen antibióticos sino hay una prescripción médica, porque nos arriesgamos a que dejen de ser eficaces.
Cuando hablamos de acné nos referimos a un acné leve, el acné moderado y el severo debe estar siempre bajo tratamiento dermatológico e intentar tratarlo con cosmética o con medicamentos que no necesitan prescripción médica, son ganas de tirar el dinero y lo que es peor tus esperanzas.

En cuanto al famoso Peroxiben, el peróxido de benzoilo funciona fenomenal para el acné y las formulaciones han mejorado mucho desde mi juventud.
El típico efecto secundario es una sequedad cutánea bastante incomoda, dado que se suelen utilizar  geles hidroalcoholicos como base, los cuales alteran la barrera cutánea y son los responsables de esa sequedad.
El otro problema que plantea el peróxido de benzoilo es que no da resultados inmediatos,  no es echártelo y dejan de salirte granos, es un planteamiento a largo plazo y como mínimo vas a estar bajo tratamiento de tres a seis meses antes de empezar a ver resultados. La mayoría abandona antes de obtener algún resultado.

Para tratar un acné leve, lo primero es revisar el tipo de limpiador que estamos utilizando.
Siempre recomiendo la doble limpieza facial, donde el primer paso de limpieza sería la aplicación de un aceite de jojoba que será retirado con una esponja de celulosa humedecida en agua y después la utilización de un gel limpiador.
El gel limpiador tiene que ser, al contrario de lo que se piensa, extremadamente suave.
El acné es una patología multifactorial, habiendo una serie de factores que lo exacerba, y el primer factor de ellos es la inflamación cutánea. Digamos que usar un limpiador muy agresivo que te deje la piel tirante es como echarle gasolina a un fuego.
Al contrario de lo que se piensa la inflamación del conducto sebáceo es previa a la colonización por parte de la bacteria y la hiperqueratinización de la salida del canal del sebo.
Por lo que se hace indispensable utilizar un limpiador que sea extremadamente respetuoso con la piel. Irritar una piel que ya está inflamada es una mala idea, aunque para las que tenemos la piel grasa vérnosla libre de cualquier rastro de sebo es satisfactorio lo que provoca esto es que se lance la señal de que a la piel le falta “grasa” y se ponga a producir más.
Lo adecuado sería la utilización de un syndet, qué es un detergente sintético ligeramente ácido.
La protección solar de día es indispensable, la mayoría de los principios activos usados en el tratamiento del acné son fotosensibilizantes, es decir con el sol pueden producir problemas, como por ejemplo manchas.

Una piel acneica muchas veces presenta peor aspecto porque ha perdido la uniformidad del tono de pigmentación de la piel. Seguro que te ha pasado que te sale un grano, el grano se cura, pero queda como una especie de sombra donde estuvo el grano y   esa mancha hace que la piel no parezca limpia.
Para el tratamiento personalmente prefiero el ácido azelaico, su indicación terapéutica es para el tratamiento del acné y ayuda a nivelar pérdida de uniformidad en la pigmentación con lo que verás mejor la piel. Es despigmentante además de tratar el acné de base.

Uno de los productos que recomiendo evitar en caso de acné sería la vitamina C y el ácido hialurónico de bajo peso molecular. Como antioxidante por la mañana recomendaría una niacinamida que además de propiedades antiinflamatorias ayuda a nivelar el tono cutáneo.
Y por último pero no menos importante, evitar tocarse los granos sobre todo si están infectados. Al presionar un tejido infectado podemos romper la bolsita de contención en la que esta y liberar las bacterias y residuos pro-inflamatorios en el resto del tejido, arriesgándonos a que haya una destrucción del mismo hasta la dermis y nos quede marca.
Las marcas de acné suelen requerir de intervención dermatológica y suele ser caro así que mejor las manos fuera de la cara.

Y dado la situación en la que nos encontramos debida a la pandemia se hace más necesario que nunca mantener las manos fuera de la cara.
Es tu piel, es tu decisión. Espero que os sea de ayuda Veronica.

¡Hasta aquí la entrada de hoy! Os dejo a continuación el Instagram y blog de Verónica para que vayáis a echarle un ojo:
IGhttps://www.instagram.com/veronicavivascr/
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