Historias con acné: Miriam Lavandeira

by - febrero 22, 2022



¡Hola a todos! Hoy vuelvo al blog para subir una entrada de una de mis secciones favoritísimas del blog: Mi historia con el acné

La invitada de hoy se llama Miriam o más conocida en su redes sociales como Mimi Lavandeira.
Antes de dejaros con su historia, quería agradecerle a Miriam por aceptar a contar su historia con todos nosotros.
Sufrir un acné vulgar insuficiente para la atención de especialistas pero sí lo suficientemente perceptible al ojo como para crear un complejo.

Mi historia con el acné comenzó cuando entré en la pubertad, al igual que otros niños y niñas de mi entorno, pero con la diferencia palpable en el tiempo de que no eran uno o dos granos aislados esperando a secarse con el truco del almendruco de la pasta de dientes de los 2000. No, en mi caso fue una patología que había llegado para quedarse, acompañándome aproximadamente unos 14 años. 

Aún habiendo tenido la enorme suerte de no sufrir un acné severo o un acné doloroso, sí fue un acné vulgar que diferenció mi cara del resto de mis amigas con el paso de los años. 

Seguramente le deba a mí acné el haber desarrollado el gusto por el maquillaje, puesto que de la necesidad de cubrir lo que sentía «que estaba mal en mi cara» nació mi interés por bases, correctores, polvos... al menos, puedo decir que saqué un hobby que disfruto gracias a las inseguridades infundadas por mis puntos negros y espinillas. 

Desgraciadamente, el acceso a la información que teníamos hace 5, 10 o 15 años no es el mismo del que disponemos actualmente, por lo que yo no tuve perfiles o personas que me inspirasen y me contagiaran de la idea de que «tener acné no es algo malo», algo de lo que intenté en la medida de lo posible plasmar en el tiempo en el que tuve mi canal de YouTube; mi ventana a jóvenes adolescentes (aunque es un problema que afecta a todas las edades) que pudiesen tener las mismas inseguridades que yo. Teniendo acné te acostumbras a cambiar la toalla del baño para secarse la cara cada 2 días, a cambiar la funda de la almohada con mayor regularidad y a incrementar los pasos de limpieza añadiendo productos desconocidos para el consumidor medio como la esencia o la mascarilla nocturna. 

Tenemos un proceso de adaptación con nuestro cuerpo en el que tardamos en entender que el acné no tapa la belleza, no nos invalida, no nos hace emanar menos atractivo ni tampoco es motivo de vergüenza, pero aún así deseamos que se vaya algún día y dejar de levantarnos con una inflamación nueva en la cara o en la espalda en ese ansiado día donde nos vamos a hacer muchas fotos. En mi caso, he encontrado una solución en Dercutane que no sé si será permanente en el tiempo, y que además ha sido un proceso duro y complejo para mi organismo, pero por lo pronto egoístamente debo reconocer que me hace sentir un poco más en paz conmigo mismo verme la cara «despejada» después de tantos años de complejo.

Los productos favoritos de cuidado facial que no pueden faltar en el neceser de Mimi son:
  • Snail Repairing Foam Cleanser (Mizon)
  • Midnight Blue Calming Cream (Klairs)
  • I’m Pure Perfect Cica (Suntique)
  • Contorno de ojos Multi-Corrector (Vera & The Birds)
Podéis seguir a Miriam en sus redes sociales, os la dejo a continuación:
¡Hasta el próximo post! 💜
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